Tu mano se creó para abrirla y ayudar a otros, tus ojos se les dieron lágrimas para acompañar en el dolor y tus pies se crearon para «ponerse en los zapatos» de los demás. Señalando a otros buscamos la perfección que nosotros no tenemos. Hazme un corazón humilde Señor. Amén #compasión
Que debemos hacer en medido de la prueba, cuando estamos en el fondo del pozo,…
Daniel, un joven escogido, procuraba seguir al Señor. Dios le concedió el don de ciencia,…
No te olvides de tu sacerdote, un arrocito, un postre un refresco. Escrito está que…
El don de pobreza de los franciscanos se describe en Ezequiel. La única heredad o…