El Señor es mi fuente de agua viva, el que calma mi sed, que que me alienta, la frescura en los tiempos de sequía, el que alimenta mi alma, la vida del mundo, la savia que recorre mis venas, la fortaleza de mis ramas. Amén www.ministeriosanpablo.com #raicesdemiarbol
Que debemos hacer en medido de la prueba, cuando estamos en el fondo del pozo,…
Daniel, un joven escogido, procuraba seguir al Señor. Dios le concedió el don de ciencia,…
No te olvides de tu sacerdote, un arrocito, un postre un refresco. Escrito está que…
El don de pobreza de los franciscanos se describe en Ezequiel. La única heredad o…