El Papa Sixto II fue el Papá número 24. El emperador Valeriano proclamo un edicto de persecución contra los cristianos en el que prohibía el culto cristiano y las reuniones en los cementerios, ubicados en las catacumbas. Esta última disposición exigió una nueva ley, pues quebrantaba la salvaguardia que siempre el derecho romano había otorgado a los cementerios. Eran lugares en los que, durante las persecuciones, los cristianos se reunían para celebrar sus cultos, a pesar de que Valeriano había prohibido tales reuniones.
Según el martirologio romano, Sixto II fue detenido mientras estaba celebrando misa en el cementerio de Pretextato, muriendo mártir al ser decapitado (según la tradición en la Cárcel Mamertina) junto a algunos de los diáconos que le acompañaban en el momento de su captura: san Genaro, san Vicente, san Magno y san Esteban. Ese mismo día también sufrieron el martirio los diáconos santos Felicísimo y Agapito, y poco después el diácono san Lorenzo. Fue enterrado en las Catacumbas de San Calixto. De este modo las autoridades imperiales creyeron haber acabado con la Iglesia de Roma. De hecho, por la violencia de la persecución fue imposible nombrar el sucesor de Sixto II, Dionisio I hasta un año después de su muerte, hasta que llegaron las noticias de la prisión y muerte de Valeriano en el 259.
Fue un hombre de paz, de diálogo con la Iglesia de África, se mantenerse firme en la fe y de crear tradiciones en las iglesias. Las misas en los cementerios, la oración por los difuntos.
San Sixto II ruega por nosotros!
Déjate llevar, déjate moldear, dejate amar por Dios. Abandonate, entrégate a él y todo estará…
Nos buscará a todos nosotros, los pecadores, los sucios, los que estamos llenos de barro,…
Buenas noticias!!! ... el Señor mismo te cuidara, te arrullara, te sanará, confortara tu alma,…
Has lo que te toca, apacienta tus ovejas, cuídalas, hazles una casa, dales comida, agua,…
Jesus no quiere que te pierdas, el te quiere en la vida eterna, aceptando tu…