Hoy, ante el misterio de la muerte redimida, pidamos la gracia de mirar las adversidades con ojos distintos. Pidamos la fuerza de saber habitarlas en el silencio dócil y confiado que espera la salvación del Señor, sin lamentarse y sin refunfuñar.
Mirra las adversidades con ojos distintos, Papá Francisco
