I Cor 9:16
Las frases positivas, la anécdotas de Pepe te guiarán en el camino para alcanzar la felicidad.
La historia de los 2 Náufragos
Oró por ti
“La tempestad era terrible, el barco encalló, se partió por la mitad … solo 2 sobrevivieron en una isla, Paco y Pepe.
Paco decidió: “Vamos a orar para ver a quien lo escucha Dios y se fue al otro lado de la Isla”.
Paco oró por fruta y en la mañana encontró un arbusto lleno de fresas.
Paco oró por una esposa y naufrago una mujer precisamente en el lado de la isla de Paco.
¡Paco oró por un barco y apareció un bote con remos, comida y hasta un radio!!
Paco decidió salir con el bote, su esposa y dejar a Pepe porque no era digo.
En medio del mar se le presento un Ángel y le dijo: “Paco porque dejaste a Pepe en la Isla?”
Mira, le dijo Paco, todas mis oraciones fueron escuchadas, Pepe no es digno de sobrevivir.
A lo que el Ángel le contesto: A Pepe se le contestaron todas sus oraciones … él oró por ti.
Paco y Pepe en Escocia
La Torre del Arrepentimiento
Érase una vez Paco ganó mucho dinero, tenía tanto que decidió darse unas vacaciones.
¡Su sueño era visitar Escocia, para visitar a “Repentance Tower”, la Torre del arrepentimiento! (la que vemos arriba)
Al llegar cerca de la Torre, había un pastorcillo. Allí conoció a Pepe. Él estaba leyendo la Biblia.
Paco quiso probar que tanto sabía Pepe de la Biblia y le pregunto: Tú debes ser más sabio que el Padre Daniel. ¿Puedes decirme cuál es el camino para ir al cielo?
En seguida el pastorcito, sin desconcertarse por el tono burlón de aquel hombre, repuso:
Sí señor, puedo: usted debe tomar el camino hacia aquella torre, ahí lo encontrará.
Paco se dio cuenta de que este pastorcillo había aprendido muy bien la lección de ese libro, y después de pronunciar una insolencia siguió su camino en silencio.
¿Ya has estado en “La Torre del arrepentimiento”? Si no… pues ya sabes: debes entrar en ella…
Las espigas y el trigo
Las que bajan sus cabezas
Érase una vez paso Pepe en su adolescencia por un campo de trigo, saludo a un campesino, dueño de aquella parcela.
Revisando las cañas de trigo vio como algunas tenían la cabeza erguida y altiva; y le dijo al campesino: “Sin duda serán las mejores esas otras de su alrededor, que bajan la cabeza casi hasta la tierra.
El campesino cogió algunas espigas y dijo: “Mira bien Pepe: ¿ves estas espigas que con tanta altivez levantan la cabeza? Pues están enteramente vacías. Al contrario, estas otras que la doblan con tanta modestia, están llenas de hermosos granos.
¿Comprendes?, le pregunto el campesino …
¿Tu comprendes? …
El tonto
Pues yo sí!
Pepe iba una vez manejando su auto, un modelo 80´s que se abría por dentro, con oxido en sus puertas y la tapa del motor cerraba con un mecate.
Cuando de repente Paco, que lo molestaba continuamente, se le adelanta peligrosamente adelante con su auto nuevo 2018.
Paco le dijo: —¡Yo no dejo el lugar a los tontos! —
Pepe contestó: — Pues yo sí —
Pepe y el perdón
Le pago su deuda
Érase una vez Pepe estaba predicando en una aldea donde nadie lo conocía.
Llego y coloco un afiche en la plaza que decía: Al que desea que le pague sus deudas lléguese de 8 a 12 am en el salón comunal.
El pueblo extrañado por ese afiche murmuraba y se burlaban de esa “loquera”.
Pasaron las 8 de la mañana, las 9, las 10, a las 11 am y nadie llegaba.
Cerca de las 11:30 am llego un campesino pobre y le pregunto: “Señor, ehhh … aquí es donde me pueden pagar mis deudas”. Si le dijo Pepe, pero antes dime, ¿porque viniste aquí donde un desconocido?
El campesino le dijo: “Por qué he intentado todo, he probado todo, no he encontrado una salida por mis propias fuerzas … y solo me queda esta mi última opción.
El único que salió de ese lugar fue el campesino que puso su confianza en ese desconocido.
¿Jesús es tu última opción siempre?, ¿En quién tienes tu confianza?, ¿sigues intentando resolver tu vida por tus propias fuerzas?
Con cualquiera de tus respuestas tus pecados ya fueron pagados por Cristo.
Las buenas intenciones de Paco
Todavía no
“Todavía no”, dijo Paco, un niño entretenido en sus juegos “Cuando crezca yo un poco pensaré en las cosas de Dios.” Llegó a ser joven muy robusto.
“Todavía no”, dijo el Paco. “Cuando vea yo prosperar mi negocio tendré más
tiempo para asuntos espirituales.” El negocio prosperó.
“Todavía no”, dijo el hombre de negocios. “Mis hijos me necesitan ahora.
Cuando ellos crezcan y estén bien colocados entonces tendré más oportunidad
para pensar en eso.” Envejeció.
“Todavía no”, siguió diciendo. “Pronto voy a retirarme de mis negocios para
que tenga yo bastante tiempo para leer y reflexionar.” Así murió.
¿Cuándo vas a dedicarte a Dios? … ¿o te quedarás con buenas intenciones?
Pepe, La ventana y el espejo
A quién ves?
“Un día, Pepe recibió la visita de un Paco, hombre religioso, muy rico y
muy avaro. Paco quería probar a Pepe.
Pepe los llevo a la ventana y le dio: ¿Qué ves? —le preguntó.
Veo gente —le respondió Pepe.
Entonces Pepe lo llevó ante el espejo. ¿Y ahora qué ves? —volvió a preguntarle.
Me veo a mí mismo —le contestó Pepe.
Pepe le dijo: en la ventana como en el espejo, hay un cristal; sólo que el del espejo se halla recubierto por una capa de plata y, a causa de la plata, no se ve al prójimo, sino se ve uno a sí mismo.”
¿Qué es lo que no te deja ver al prójimo?
Pepe y la roca
La roca no tiembla
Cuanta la historia después de una gran tempestad Pepe naufrago en una pequeña isla, donde había una roca había una gran roca y allí permaneció durante muchas horas.
Cuando al fin pudo ser rescatado, le preguntó:
—¿No temblabas de espanto por estar tantas horas en tan precaria situación,
amigo mío?
—Si —contestó Pepe—, la verdad es que temblaba mucho; pero... ¡la
roca no.…! Y esto fue lo que me salvó.
¿A qué te aferras? ¿A Cristo, nuestra roca, o al mundo?