En el altar, cada eucaristía se ofrece la carne y la sangre de Cristo como sustitución a nuestro pecado, para limpiar nuestra ofensa, lavar nuestro barro, quitar el olor de nuestro insulto. Agradezcamos por cada eucaristía para que el Señor limpie nuestros pecados. Amén #eucaristia www.ministeriosanpablo.com
Eucaristía
