Por Rogelio Segura Chen
Muchos de nosotros décimos amar a Dios, pero pocos amamos al prójimo, si décimos que amamos a Dios y al mismo tiempo nos odiamos unos a otros somos unos mentirosos porque si no amamos al prójimo que lo podemos ver que esta a nuestro lado, mucho menos podemos amar a Dios a quién no podemos ver. Si nosotros queremos ver a Dios, debemos aprender a verlo en la necesidad de nuestro prójimo. Amar a nuestro prójimo, cómo a nosotros mismos, es hacer a los otros lo que nos gustaría que se nos hiciera a nosotros, es la expresión más completa de la caridad, porque resume todos los deberes para con el prójimo. Sólo cuándo seamos capaces de amarnos cómo hermanos, podremos llamarnos discípulos de Jesús. ¿Cómo nosotros podemos amar a Dios? Muy sencillo aprendamos a ver a Dios en la necesidad del prójimo, eso es amar a Dios que es la clave para amar a los demás. Mateo 22,39 “Ama a tu prójimo cómo a ti mismo” No podemos decir que nosotros amamos a Dios si fallamos en amar a nuestro prójimo. Ningún termómetro mide el Amor de Dios cómo el amar al prójimo, no hablemos cuánto amemos a Dios vivámoslo amando a nuestro prójimo. Por lo tanto debemos aceptar a nuestro prójimo tal y cómo es, no excluyamos a nadie por ser diferente, quizás es diferente y resulte mejor amigo del que creemos tener a nuestro lado. El segundo mandamiento dice: “Ama a tu prójimo cómo a ti mismo” no hay otro mandamiento más importante qué éstos. En la Biblia Jesús nos enseña quién es mi prójimo y a amarlo, cómo también amar a nuestros enemigos. Para amar al prójimo nuestro amor por Dios debe ser mayor que nuestra desilusión por las personas. ¿Cómo podemos amar al prójimo?Conducirlo hasta la fuente de vida, alimentarlo con el pan de vida, cubrirlo con el manto puro de la verdad y rescatarlo del foso de la perdición. ¡Después del verbo amar el verbo ayudar es el más hermoso! ¿Qué te parece? Porque amar es vivir, porque si amamos, podemos recibimos amor, por que la vida sin amor no tiene sentido. Aprendamos a amar a nuestro prójimo sin condiciones, hablar sin malas intenciones, dar sin ninguna razón y principalmente preocupémonos por el prójimo. ¡Recordemos siempre ayudar a quien lo necesite, porque nunca sabremos quien nos puede ayudar en un momento de necesidad! ¡Amar a Dios es la clave para amar al prójimo! ¡Sé lento para juzgar, y rápido para amar al prójimo! ¡Ama a tu prójimo como a ti mismo! Amigos y amigas no podemos decir que amamos a Dios, si fallamos en amar a nuestros hermanos. Paz y bien para no hacerle ningún mal a nuestro prójimo y así estaremos demostrando el perfecto Amor de Dios.