Así como el «Lucero», lucifer, fue abatido, así el Señor tira por tierra al soberbio, al orgulloso, al que se cree superior, al que se preocupa solo por si mismo, al que se cree mejor que Dios. Como un soplo de un diente de León el demonio fue abatido, así será busca su propio bien y no el de los demás. Amén ministeriosanpablo.com #orgullo
¡Ay de mí si no evangelizara!
I Cor 9:16
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